Es imperativo un «cambio radical» hacia un mundo sin emisiones, según la ONU


Avanzar hacia una sociedad baja en carbono a nivel mundial es un objetivo cada vez menos utópico. Seguimos yendo a toda máquina, subidos a un tren que representaría un modelo social basado en los combustibles fósiles. Nadie puede negarlo, pero quizá algo está empezándose a mover en sentido contrario.

Ya no son solo los activistas los que reclaman un mayor uso de las renovables. También los gobiernos están implementando políticas verdes. De forma tímida, aún poniendo por delante criterios de competitividad a corto plazo, y sin compromisos vinculantes, pero también firmando acuerdos como el histórico Pacto global por el clima.

Inédita inversión en renovables

Un logro de la última reunión climática, la COP21, celebrada en París a instancias de la ONU hace apenas unos meses. Y su éxito fue histórico. Insuficiente, sí, quizá llegando demasiado tarde. Pero no por ello es un paso menos trascentente.

Igualmente, la opinión pública está más alejada que nunca del negacionismo y el cuidado del planeta se considera un problema importante. El cambio climático, sin embargo, sigue considerándose un concepto quizá demasiado vago, pero los eventos extremos están empezando a dejarse sentir con fuerza y, ante la evidencia, por fin la ciencia empieza a tener un predicamento mediático convincente.

Este lento despertar del mundo no responde debidamente a la necesidad de tomar medidas urgentes, y la ONU se encarga de recordarlo de forma machacona. Según el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, «es imperativo actuar con celeridad» para mitigar el cambio climático, un fenómeno ante el que «ningún país está a salvo ni puede enfrentarlo solo».

El representante de las Naciones Unidas proncunció estas palabras en un evento dedicado a discutir las acciones a tomar para luchar contra el cambio climático, celebrado esta semana en Washington, D.C. En su discurso, Ban Ki-moon instó una vez más a los 175 signatarios del Acuerdo de París a ratificar el pacto firmado hace unos días.

Recordemos que hacerlo por un mínimo de 55 países significará su entrada en vigor. Su meta es transformar la economía de forma radical para lograr un mundo sin emisiones de carbono. Un objetivo que significará una gran inversión en energías renovables, así como iniciativas «mixtas y creativas» que lo hagan posible.

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