La tecnología de los paneles solares mejora con el transcurrir de los años. Se prueban diferentes materiales y técnicas para intentar mejorar la eficiencia de las celdas de silicio, componente indispensable de las placas solares, y obtener más energía con la misma superficie de placa. En la Universidad Vanderbilt de Nashville (Estados Unidos) prueban este tipo de mejora con espinacas.
No hay duda de que es una de las investigaciones más originales en su campo. Según el propio equipo de investigación de la Universidad Vanderbilt, que ha publicado un artículo en la revista Advanced Materials, han extraído de las espinacas una proteína con la que pueden recubrir las células de silicio.
Los investigadores han tratado la sustancia para obtener celdas solares mucho más eficientes, ya que se genera una mayor corriente eléctrica. El recubrimiento es fotorreactivo y, por tanto, transforma la luz en energía electroquímica, contribuyendo así a aumentar la corriente eléctrica circulante.
Si a este aumento del rendimiento, se le suma que el coste de fabricación no aumenta, el proyecto parece bastante interesante. La industria solar y el uso de energías limpias y renovables se beneficiarán de ello.
El equipo ha utilizado una proteína conocida como PS1 (photosystem-1), que extrajeron de las hojas de las espinacas y que tiene la particularidad de ser extremadamente eficiente a la hora de convertir la luz solar en energía a través de la fotosíntesis. Casi logra el 100 % de eficiencia. Alterando esta proteína con silicio, el equipo consiguió aumentar el rendimiento de sus celdas acercándose a los niveles de los panales solares comerciales. La ventaja es que este recubrimiento orgánico está presente en grandes cantidades en la naturaleza y puede extraerse de cualquier planta de color verde.
Una interesante forma de combinar un material semiconductor, como es el silicio, con componentes orgánicos para contribuir a un desarrollo sostenible y un mayor uso de las energías limpias.