En países como Egipto, el agua para los cultivos se tiene que obtener bombeando agua de pozos que se encuentran a mucha profundidad. Para que las máquinas de bombeo funcionen, se necesita energía. Hasta ahora, se ha usado gasóleo para hacer funcionar estas máquinas. Pero no es una solución rentable ni ecológica.
El Proyecto Nacir tiene como objetivo buscar nuevas formas de uso de la energía solar fotovoltaica. Y una de estas nuevas formas es servir como fuente de energía para las máquinas de bombeo egipcias. Al norte de la capital del país, El Cairo, en una zona semidesértica, hay sesenta hectáreas donde se cultivan judías, guisantes y naranjos. Cerca, se va a construir una estación experimental, financiada por la Unión Europea, para proporcionar la energía necesaria, no sólo para las máquinas de bombeo, sino también para distribuir el agua para el riego y, una vez desalinizada, para los habitantes de la zona.