Repercusiones energéticas de la inestabilidad en Libia


Libia ha sido uno de los países que se ha contagiado de la revuelta popular producida en Egipto. Su estrafalario dictador, Muammar al-Gaddafi, ha ordenado disparar contra la población que se concentraba en las principales calles y plazas de la capital y el ejército ha obedecido. Algunos de los ministros, contrarios al baño de sangre, han dimitido. Muchos ciudadanos libios comienzan a huir ante lo que puede convertirse en una guerra civil. Otros, permanecen luchando por derrocar al dictador. Estados Unidos, Europa, la ONU y el resto de países observan.

Libia es uno de los principales productores de petróleo. Produce 1,47 millones de barriles diarios. El precio del barril de Brent ha aumentado en los últimos días. Pero Libia también es un gran exportador de gas natural. Sobre todo, a Italia. ENI, la principal empresa energética italiana, se ha visto obligada a cortar el suministro de gas de sus centros de extracción en Libia y ha cerrado el gasoducto Greenstream. Libia proporciona un 10% del gas que usa Italia. Hay que recordar que Libia fue colonia italiana hasta el final de la II Guerra Mundial. ENI ha asegurado que no va a haber ningún problema en satisfacer la demanda de sus clientes.

Por otra parte, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) también se ha apresurado a tranquilizar a un mundo dependiente del petróleo y ha asegurado que tiene 1.600 barriles en sus reservas estratégicas de petróleo para usarlas en caso de que sea necesario. Que todo el mundo esté tranquilo, el petróleo seguirá manando. Y, si no lo hace, hay reservas suficientes… ¿hasta cuándo? Las bolsas occidentales no se fían, no están tranquilas, y evolucionan a la baja. La petrolera española Repsol ha suspendido sus operaciones en el país norteafricano y sus acciones han caído en los dos últimos días.

Por último, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) ha asegurado que intervendrá en caso necesario, según palabras del ministro de Petróleo de los Emiratos Árabes Unidos. Lo que no ha puntualizado es cuándo considerará la Opep que será necesaria su intervención (¿cuántos civiles tienen que ser asesinados para considerar grave la situación?, ¿o se refiere a la posibilidad de que Libia corte el suministro de petróleo?), ni qué hará llegado el caso (¿producirán más barriles el resto de países pertenecientes a la Opep?, ¿darán permiso a Estados Unidos y Europa para que invadan Libia?).

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