Los primeros autobuses híbridos chinos equipados con paneles fotovoltáicos han salido esta misma semana de la cadena de producción de una fábrica situada en la ciudad de Qiqihar, en la provincia de Hellongjiang, al nordeste de China.
Han sido producidos por la Heilongjiang Qiqihar Longhua New Energy Automobile Co. en el mayor parque industrial energético de la provincia, con una inversión de 329 millones de dólares, que ahora quieren amortizar incluyendo en él a empresas automovilísticas que lo convierten en el nuevo centro de fabricación automovilística del país.
Su capacidad les permite llevar hasta 100 pasajeros y gracias a la energía solar se puede prolongar un 35 por ciento la vida de las baterías de litio que lo alimentan. Su consumo, por otra parte, está entre los 0,6 y los 0,7 kWh de electricidad por kilómetro, apuntan los técnicos de la empresa.
Recordemos que las grandes urbes de China padecen una contaminación ambiental tremenda, por lo que estas iniciativas de medios de transporte no contaminantes son no sólo convenientes, sino más bien necesarias. El problema de de tal envergadura que en numerosas ocasiones la polución alcanza cotas peligrosas para la salud de millones de personas, siendo el principal problema del país.
En concreto, China padece contaminación del agua y del manejo de desechos, así como una polución industrial que afecta a la atmósfera de un modo preocupante. Las imágenes de las contaminación formando nubes negras o de color parduzco que envuelven las ciudades son impresionantes, pero todavía lo son más las tomadas vía satélite sobre estos mismos fenómenos. Instantáneas tomadas desde el espacio muestran con total claridad la neblina que ensucia el aire. Además, el importante crecimiento de la población unido a la polución aérea, supone un gasto de miles de millones de dólares en sanidad y la muerte de miles de personas por problemas de salud asociados.