China quiere potenciar su industria de paneles solares corrigiendo algunos de sus puntos débiles, que están pesando mucho a la hora de lograr mejores resultados en el importante sector de la energía solar.
Si el país es el mayor productor mundial de energía eólica e hidráulica, no ocurre lo mismo con la solar, un campo en el que pretende crecer con la toma de medidas gubernamentales que alienten la fusión entre productores para reducir las enormes pérdidas ocasionadas por una producción excesiva sumada a guerras comerciales que hunden los precios.
La problemática creada en exportaciones a Estados Unidos y Europa constituye uno de los principales problemas que se han de afrontar, pues desde ambas regiones estratégicas les han llovido denuncias de competencia desleal en la venta de paneles solares, con grandes pérdidas por la debacle de los precios provocada por sus controvertidas prácticas de venta. O, lo que precios por debajo de los costes de producción, y desde donde se les podría aplicar aranceles antidumping en Europa, tal y como ha decidido hacer Estados Unidos.
Exceso de paneles
Desde Beijing se seguirá fomentando la expansión de la industria, pero redirigiendo los resultados que estaban provocando las subvenciones y préstamos ofrecidos, intentando evitar que vuelva a inundarse el mercado con un exceso de paneles fabricados por cientos de pequeños productores, lo que lleva a una nefasta guerra de precios.
Estas medidas se toman justo después de que los Estados Unidos hayan decidido imponer aranceles de entre el 24 y el 36 por ciento a los paneles solares importados de China como castigo a la competencia deseleal.
Todos estos problemas no han desalentado al país a seguir considerando este tipo de energía como una parte fundamental del plan energético del país. De hecho, se pretende que la energía solar tenga un importante papel a la hora de lograr que las fuentes renovables alcancen el 20 por ciento de la producción energética para el 2020.