Millones de automóviles se mueven gracias a los combustibles fósiles. Hay que reemplazar al petróleo. Hay que usar biocombustibles y que éstos no provengan de cultivos dedicados para la alimentación humana. Por último, hay que gestionar las grandes extensiones de terreno necesarias para generar el suficiente combustible de materia vegetal.
Mientras, se investigan nuevos métodos para generar biocombustibles y materia que sirva para producirlos. En la Universidad de Purdue (Indiana, Estados Unidos) ha anunciado que un equipo científico encabezado por Rick Meilan, Profesor Asociado del Departamento de Silvicultura y Recursos Naturales, ha iniciado un proyecto de investigación de cinco años de duración para analizar la viabilidad de algunas especies de álamo como materia prima para la producción de etanol.
¿Por qué esos árboles y no otros? Los álamos, en realidad, ya se utilizan para producir energía, pues la leña de estos árboles se quema en centrales eléctricas. Los álamos tienen un gran potencial como materia prima de biomasa forestal para la producción de biocombustibles por algunas razones:
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– Crecen relativamente rápido.
– Producen más volumen de biomasa que otros cultivos.
– Se pueden reproducir de forma vegetativa, es decir, a partir de un trozo de tallo o una rama plantada en el suelo.
– Son cultivos plurianuales, y no requieren tantos cuidados como los cultivos anuales como el maíz o la soja».
– A diferencia de los cultivos de campo, los álamos pueden recolectarse en cualquier época del año y enviarse directamente a las fábricas de etanol, evitándose los productores las operaciones de secado y almacenamiento.
El estudio analizará sesenta y nueve variedades de álamo y su rendimiento en diferentes suelos y climas, así como su resistencia a enfermedades e insectos y regímenes de fertilización y riego adecuados. También se analizarán aspectos relacionados con la plantación y la recolección.
Cada vez crean nuevas razones para no usar el petróleo.