Futuro incierto para la planta de biomasa que Dalkia iba a construir en Cieza


El actual es un momento malo, malísimo, para las energías verdes, sobre todo a raíz de la drástica reducción gubernamental de primas a las renovables y en este contexto de incertidumbre que vivimos, eternamente a la espera de un nuevo marco legislativo sobre el sector. Así las cosas, agravadas por la crisis, las empresas son reacias a invertir, como le ha ocurrido a la compañía francesa Dalkia con su proyectada planta de biomasa en la población murciana de Cieza, que acaba de aplazar sine die.

La noticia es un buen jarro de agua fría para la población e incluso para la región, pues planta de biomasa que la compañía francesa Dalkia iba a construir en el municipio murciano de Cieza iba a dar más de 300 puestos de trabajo directos, y suponía una inversión de 60 millones de euros. Pero, más allá de todo esto, es una mala noticia para el desarrollo de la bioenergía en España, que suma un nuevo caso de inversión frustrada que se echa para atrás por la falta de un marco regulador general que potencie las energías renovables.

Por su parte, Dalkia afirma que sigue manteniendo su compromiso con la Región de Murcia, pero también deja claro que no se podrá seguir adelante hasta que haya leyes que apoyen este tipo de plantas de transformación de biomasa para la generación de energía, que en este caso iba a producir 16 megavatios.

Por lo tanto, que llegue tan esperada reforma energética tampoco garantiza una vuelta a la normalidad de los proyectos aplazados por la incertidumbre regulatoria. Las energías renovables necesitarán un fuerte apoyo legislativo que las haga protagonistas de un modelo energético sostenible, tan demandado por la ciudadanía, para que el país se convierta en un atractivo lugar donde invertir en energías limpias. En concreto, para que este proyecto murciano siga adelante se necesita que la nueva regulación “introduzca algunas excepciones que permitan la implantación de plantas de biomasa en esta Comunidad Autónoma”, apunta José Antonio Alonso, consejero en España de Dalkia.

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