Una economía verde es compatible con una boyante política de empleo. Y no sólo eso, porque la simple transición de las políticas mundiales hacia una economía más ecológica podría crear millones de puestos de trabajo en todo el mundo. En concreto, según el nuevo informe presentado por la Green Jobs Initiative, el impacto de una economía más verde se traduciría en un aumento de entre 15 y 60 millones de empleos durante las dos próximas décadas.
Con los tiempos que corren, estas delirantes cifras de nuevos empleos parecen una utopía, pero el informe concluye que tal sería el impacto que una economía progresivamente ecológica tendría en el sector laboral. Y apoya sus predicciones en base a realidades, pues según el informe el avance económico hacia la ecología que ha experimentado el mundo hasta ahora ya ha creado decenas de millones de puestos de trabajo.
Sin ir más lejos, actualmente el sector de las energías renovables emplea alrededor de cinco millones de trabajadores, un número que va en aumento año tras año. En el ámbito europeo, por ejemplo, casi 15 millones de empleos están directa o indirectamente relacionados con temas de gran riqueza medioambiental, como la protección de la biodiversidad y de las masas forestales.
Además, por supuesto, esta transición vendría acompañada de un desarrollo que ganaría en sostenibilidad y en el uso de fuentes de energía renovables y materias primas no dañinas para el medio ambiente. Así, la eficiencia energética deriva en un doble beneficio, medioambiental y laboral, tratándose de una de las principales fuentes de creación de empleo en el sector de la construcción, por ejemplo en obra nueva o antigua, convirtiendo edificios ya construidos en energéticamente eficientes.
Dentro de la filosofía de la Green Jobs Initiative, el cambio hacia una economía que apuesta por lo verde también conseguiría sacar de la pobreza a grandes masas de la población, derivando en una inclusión social que también consideran clave de cara a un futuro más respetuoso.