Lana de roca para el aislamiento de edificios


Según el informe sobre energía renovable publicado por la organización WWF, para el año 2050 será posible que todas las necesidades energéticas del mundo se cubran con recursos limpios, renovables y económicos, sin depender de combustibles fósiles. Para ello, es esencial contar con edificios, vehículos e industrias eficientes desde el punto de vista energético.

Con respecto a la eficiencia energética en los edificios, uno de los materiales más utilizados como elemento constructivo es la lana de roca volcánica, un material mineral que cumple varias funciones: aislamiento térmico, acústico, protección contra incendios y alta durabilidad.

Un buen aislamiento reduce en gran medida el consumo energético de los edificios y, por tanto, ahorra energía. Gracias a ello se evitan hasta un 80% de emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, ayudando a frenar el problema del cambio climático.

El grupo Rockwool es líder en la fabricación de lana de roca volcánica. Desde sus inicios, la compañía ha trabajado en proyectos de construcción sostenible y eficiencia energética, en su afán de lucha por el cuidado del Medio Ambiente. Rockwool lleva a cabo diferentes investigaciones y análisis que aseguran un correcto proceso de fabricación de sus productos para mantener inalterables las ventajas de la lana de roca y todas sus propiedades.

La lana de roca proporciona un aislamiento térmico que perdura a lo largo de la vida útil de los edificios porque se mantiene inalterable ante variaciones de temperatura, sin dilatarse ni contraerse, y es resistente a efectos externos como la humedad. Por tanto, evita puentes térmicos, tanto de calor como de frío, garantizando un aislamiento continuo y duradero y un mejor ambiente en el interior.

Este tipo de aislamiento evita que los inquilinos tengan que utilizar aparatos de aire o calor para mantener el confort en hogares u oficinas. La lana de roca como aislante térmico contribuye al ahorro de energía, traducido en el ahorro de millones de euros en la factura energética y millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.

La lana de roca también es un producto ideal para absorber y regular el ruido.

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