El proyecto IUSES de la Unión Europea tiene como objetivo promover conductas eficientes en el uso de la energía en los colegios, tanto en las actividades cotidianas de los profesores como de los alumnos. Desde que suena el despertador que saca de la cama a los esforzados estudiantes hasta que se apaga la luz antes de dormir, se usa energía y, por tanto, se puede ahorrar.
Cocinando, comiendo, yendo al colegio, escuchando música, estudiando, jugando o tomando una ducha se consume energía. Todas las actividades suponen una emisión de dióxido de carbono y otras sustancias contaminantes. Y cuestan dinero. Se trata, pues, de concienciar a los alumnos (y también a sus profesores) de que cada pequeño gesto -encender una luz, conducir, coger una bebida del frigorífico- son susceptibles de un ahorro significativo de energía, así como de evitar la emisión de una importante cantidad gases contaminantes.