Una de las dificultades que tiene que superar las energías renovables es la posibilidad de almacenar la energía que se produce de una forma adecuada y eficiente. Algunos de estos modos de producir energía, al depender de fenómenos de la naturaleza, como el sol, el viento o la fuerza del mar, que no son constantes, necesitan de un método para almacenar esas rachas, esos momentos, en los que se produce energía de más, para, luego, transportarla donde sea necesario usarla. Por esta razón, en el sector de las renovables, no sólo se investigan nuevas formas de producir energía, sino también (y puede llegar a tener la misma importancia) métodos para almacenarla y transportarla.
La empresa inglesa Highview Power Storage está trabajando en el desarrollo de un nuevo material que sirva para almacenar energía: el aire líquido. Según sus responsables, este nuevo método puede alcanzar una eficiencia de hasta el 70% a un coste de 1.000 dólares (algo más de 700 euros) por kilovatio.