Cada tipo de energía tiene sus pros y sus contras. Hay varios factores que se pueden tener en cuenta: disponibilidad, continuidad, eficiencia, durabilidad, etc. Pero, si hablamos de competitividad, la eólica es la mejor entre las renovables.
En el caso del consumidor industrial, en 2011, el ahorro en su factura de electricidad fue de 144.964 euros, lo que representa 0,691 céntimos por kWh. El consumidor doméstico medio, esto es, de unos 15 kW, por su parte, pudo ahorrar unos 0,064 céntimos, el equivalente a 2,75 euros anuales.
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