Un nuevo método para producir petróleo ecológico (el término parece una contradicción, quizá no se debería denominar petróleo) está siendo desarrollado por la empresa BFS (Bio Fuel Systems). Se trata de absorber y convertir de forma acelerada el dióxido de carbono industrial en un petróleo similar al fósil y compatible con los medios actuales de transporte y producción eléctrica. Por tanto, no habría que hacer ningún cambio en los motores e industrias que ya existen para que se puedan alimentar con este tipo de combustible.
Además, como el biopetróleo usa el dióxido de carbono, evita la saturación del ciclo natural debido a las emisiones industriales y reduce, de esta forma, el efecto invernadero. Así, la empresa Bio Fuel Systems reproduce la síntesis controlada de formación de un petróleo artificial, estimulando y acelerando cada etapa de este proceso y cumpliendo así el doble objetivo: filtrar el CO2 y crear un combustible. A partir de la captura de dióxido de carbono, un revolucionario sistema acelera el proceso de creación de la biomasa de 4,5 millones de años (lo que tarda en producirse el petróleo de forma natural) a unos pocos días.