El caminante que pasea por las calles de Segovia, España, se encuentra con una impresionante obra de la ingeniería civil romana, un acueducto. Aunque no se sabe con certeza la época en que fue construido, los expertos señalan que debió de ser entre la segunda mitad del siglo I y el principio del siglo II. Es decir, que han pasado dos milenios. Y ahí sigue. Causando admiración. ¿Qué dejará con la boca abierta a los habitantes del siglo XL, a los ciudadanos del cuarto milenio?
Tal vez otro tipo de acueducto. Si el de la época romana llevaba a los habitantes de las ciudades agua, elemento indispensable para la vida, este nuevo acueducto llevaría energía, ya que toda la estructura se sostiene sobre aerogeneradores que proporcionan energía limpia y renovable. La idea es de tres diseñadores italianos (tal vez recibieron la inspiración de sus antepasados), Francesco Colarossi, Saracino Giovanna y Luis Saravia. El diseño se presentó en un concurso de ideas para modernizar tramos de un puente que se encuentra fuera de servicio entre Scilla y Bagnera.